Libros

febrero 01, 2011

Al Que Quiera Escribir Esta Novela

Obra Pictórica de Oscar Agustín Alejandro Schultz Solari, conocido como Xul Solar.


Ahora el autor, Macedonio Fernández, en el acto más generoso que escritor alguno haya tenido, le otorga la posibilidad al lector de reescribir la primera novela buena, "Museo de la Novela de la Eterna". No podemos dar crédito a tanta majestad del espíritu. Sin premura como buen escritor salteado, nos insta a nosotros, "lectores no seguidos", - ¡a ultranza salteados también!-, a suprimir, enmendar, cambiar, "Pero si acaso que algo quede", de esta novela, que acogiéndose a su teoría novelística, deberá ajustarse a la "trama de doble novela", en donde el lector es personaje leído y leyente.

¡Oh Macedonio, belarte!       

Ana María Rivera

(Prólogo final)

 Lo dejo libro abierto: será acaso el primer "libro abierto" en la literatura, es decir que el autor, deseando que fuera mejor o siquiera bueno y convencido de que por su destrozada estructura es una temeraria torpeza con el lector, pero también de que es rico en sugestiones, deja autorizado a todo escritor futuro de impulso y circunstancias que favorezcan un intenso trabajo, para corregirlo y editarlo libremente, con o sin mención de mi obra y nombre. No será poco el trabajo. Suprima, enmiende, cambie, pero, si acaso, que algo quede.

En esta oportunidad insisto en que la verdadera ejecución de mi teoría novelística sólo podría cumplirse escribiendo la novela de varias personas que se juntan para leer otra, de manera que ellas, lectores-personajes, lectores de la otra novela personajes de ésta, se perfilaran incesantemente como personas existentes, no "personajes", por contrachoque con las figuras e imágenes de la novela por ellos mismos leída.

Tal trama de personajes leídos y leyentes con personajes sólo leídos, desarrollada sistemáticamente cumpliría una uniforme constante exigencia de la doctrina. Trama de doble novela.

Dígolo para confesar que mi libro está muy lejos de la fórmula de la belarte de personajes por la palabra. Queda también esto, pues, como "empresa abierta".
Dejo así dados la teoría perfecta de la novela, una imperfecta pieza de ejecución de ella y un perfecto plan de su ejecución.

Nótese que hay una verdadera posibilidad en el adosamiento de la doble trama, por el que obtendría mediante una alquimia conciencial una asunción de vida para el personaje-lector, con vigorización de la nada existencial del personaje-leído, que es mucho más personaje por ello, que acentúa su franco no ser con un énfasis de inexistencia que lo purifica y enaltece lejos de toda promiscuidad con lo real; y al propio tiempo repercute la asunción de existencia del personaje leyente en el lector real, que por contrafigura con el personaje se desdibuja de existencia él mismo.

Este confusionismo deliberado es probablemente de una fecundidad conciencial liberadora; labor de genuina artisticidad; artificiosidad fecunda para la conciencia en su efecto de fragilizar la noción y certeza de ser, de la que procede la universal intimidación de la igualmente absurda y vacua noción verbal del no-ser. No hay más que un no-ser: el del personaje, el de la fantasía, el de lo imaginado. El imaginador no conocerá nunca el no ser.

 Macedonio Fernández 





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