Libros

enero 31, 2011

El Ajedrez de Xul Solar y el de Jorge Luis Borges.


El Pan-ajedrez de Xul Solar

Xul Solar, dedicó siete años a la elaboración de su ajedrez reformado o panjuego, creado en la década de los treinta. El tablero está constituido por  30 piezas, las cuales están marcadas por consonantes (menos los peones que son números), y las casillas del tablero  que son vocales. De esta manera cada movimiento del tablero produce diferentes palabras. Cada pieza del juego representa a su vez un planeta, así, cada posición refiere posibles efemérides o avatares en la historia. Los  contrincantes  pueden componer palabras en la pan-lengua (que el propio Xul inventó), combinar colores como en un cuadro, escribir un poema, crear acordes musicales, resolver ecuaciones matemáticas o jugar su destino, con sólo mover las piezas de acuerdo a su horóscopo.

El Pan-ajedrez de Xul Solar, y El Ajedrez, de Jorge Luis Borges;  símbolos  recurrentes de estos dos visionarios y hacedores, de obras fundacionales, en la plástica y la literatura del siglo XX y  XXI.                         
                                          
  A. M. R.
                   
                     
          Ajedrez

              I

En su grave rincón, los jugadores 
rigen las lentas piezas. El tablero 
los demora hasta el alba en su severo 
ámbito en que se odian dos colores. 

Adentro irradian mágicos rigores 
las formas: torre homérica, ligero 
caballo, armada reina, rey postrero, 
oblicuo alfil y peones agresores. 

Cuando los jugadores se hayan ido, 
cuando el tiempo los haya consumido, 
ciertamente no habrá cesado el rito. 

En el Oriente se encendió esta guerra 
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra. 
Como el otro, este juego es infinito. 


                    
    II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada 
reina, torre directa y peón ladino 
sobre lo negro y blanco del camino 
buscan y libran su batalla armada. 

No saben que la mano señalada 
del jugador gobierna su destino, 
no saben que un rigor adamantino 
sujeta su albedrío y su jornada. 

También el jugador es prisionero 
(la sentencia es de Omar) de otro tablero 
de negras noches y blancos días. 

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. 
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza 
de polvo y tiempo y sueño y agonías?



J. L. Borges     

       

2 comentarios:

  1. Que maravillosos encuentros. Un abrazo, Isabel

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  2. Hermosa Isabel, te recordamos y queremos.Es bueno verte por aquí.
    Un abrazo.

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